sábado, 31 de octubre de 2020

MOTIVOS PARA EL REGRESO

No hubo ni hay motivos graves, tampoco sospechas infundadas por la prolongada y para algunos, extraña ausencia, pero sí hay un motivo para el regreso, como se los contaré más adelante. Por asuntos profesionales, en atención a unas asesorías jurídicas que me obligaron ausentarme de la ciudad he dejado de escribir y publicar la columna por algunos meses. Muchas gracias a los incontables amigos y lectores por manifestarse y preocuparse ante la falta de estas líneas que regularmente esbozo para dar a conocer, informar, analizar y criticar sobre el acontecer político nacional, regional y local.

DENUNCIA TEMERARIA

Pues bien, mi silencio tampoco fue por temor, por el contrario, amigos, he querido volver para contarles que me ha motivado publicar de nuevo sin tapujos y sin echar para atrás mis escritos. Hace poco fui citado a una diligencia de conciliación virtual, ojalá hubiera sido presencial, debido a una denuncia, o mejor, querella, presentada por alguien que ocupó una silla en la Asamblea de Caldas durante el pasado cuatrienio. El querellante, que busca protagonismo, hace parte de una organización, cuyos miembros no quieren que los toquen ni informen sobre sus actuaciones. La misma organización que regenta un líder que se victimiza ante las denuncias y que en vez de defenderse en los estrados judiciales lanza ofensas y mentiras contra los denunciantes y la justicia, y que cree estar por encima de la ley.   

NO TENGO PORQUE CONCILIAR

Como he dicho la verdad, tampoco invento, me fundamento en hechos y pruebas, tengo conocimientos, sé lo que escribo y la forma como lo hago. No cambio ni cambiaré, no le juego a otra cosa que al lenguaje claro, bien hilvanado que hace pensar al lector. Algo así como lo define la Real Academia Española en su definición de hilvanar: “unir con hilvanes lo que se ha de coser después”. No he cometido nada ilícito, solo digo la verdad, y como no miento ni he injuriado ni calumniado, no tengo porque conciliar y nada que conciliar. Así suene pretencioso. Reitero que nada ni nadie me hará cambiar.

“EL ESTILO ES EL HOMBRE”

Como voy directo al grano sin ambages, sin miedos ni vaguedades, escribo soportado en realidades. A muchos les gusta, a otros no tanto, respeto las posiciones y las críticas. Soy librepensador y no me dejo amilanar. Ese es mi estilo, tal cual. “El estilo es el hombre”, escribió Georges-Louis Leclerc, Conde de Buffon, en su discurso inaugural por su elección como uno de los "cuarenta inmortales" de la Academie Française. Efectivamente así es. No pretendo inmortalizarme, ni más faltaba. El estilo es lo que nos hace ser lo que somos, es el resultado del ejercicio reiterado de la libertad personal ante las innumerables circunstancias independientes de nuestra voluntad en las que hemos tenido que ir definiendo lo que queremos ser.

“HONORABLES” !QUÉ TAL!

Desde hace tres años, si no es más, he venido insistiendo en la tan mentada palabra “honorable” que todavía utilizan en los medios de comunicación para referirse a ciertos “servidores” públicos. Lo más triste es que hay periodistas, muy al estilo provinciano, que usan en sus informes y boletines esta palabreja. Seguiré en esta solitaria campaña, así me vuelva cansón, pues en numerosas ocasiones me he referido a este asunto. Ese adjetivo se debe erradicar de la política, que no se merecen muchos, y que se ha convertido en un calificativo innecesario que indigna al ciudadano. Palabra “honorable” que le anteceden al referirse a los Magistrados, Congresistas, Diputados y Concejales. El tal “honorable” lo he visto escrito en los boletines de prensa de la Asamblea y del Concejo de Manizales. !Qué tal!

¿LA MERECEN?

¿Será que a quienes les anteponen esa palabra, con tantos sinónimos, se la merecen?. Así los ofenda, no creo que sean beneméritos, elogiables, loables, dignos, estimables, merecedores, meritorios, acrisolados, puros, depurados, intachables, irreprochables, íntegros, limpios, acendrados, aquilatados, venerables, egregios, respetables, etc. !Atención periodistas!, dejen de ser tan parroquianos y alambicados al referirse en sus informes con esos adjetivos inmerecidos a quienes bien sabemos que muchos de esos “servidores públicos” están involucrados en escándalos por corrupción y que están “por fuera de la ley”, como dice el tango cambalache.

NO PUEDE SER

Por ahí andan muy equivocados algunos, que en días pasados se atrevieron a proponer o “pusieron  a sonar” el nombre de Luis Alfonso Hoyos Aristizábal como precandidato presidencial, y otros, menos menos optimistas, insinuaron que debía ser candidato al Congreso. Ni lo uno ni lo otro, puede ser. Hoyos Aristizábal, como se recuerda, hace cerca de 19 años perdió su investidura de senador por violar el régimen de inhabilidades e incompatibilidades, tras ser investigado y condenado políticamente por el Consejo de Estado. Lo anterior quiere decir, que sufrió “muerte política”, y no puede ocupar cargos de elección popular, según la Constitución. Luís Alfonso Hoyos Aristizábal ha fungido de asesor o guía espiritual del Centro Democrático.

Aforismos políticos en pildoritas de Politicón

****“Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco”: Jaume Perich, escritor y humorista español.

*****“Si algo significa la libertad es el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”: Eric Arthur Blair, más conocido por el pseudónimo de George Orwell, escritor y periodista británico.

*****“Si el honor fuera rentable, todos serían honorables”: Thomas More o Tomás Moro, político, teólogo y humanista inglés, autor de La Utopía.

*****“No son los títulos los que honran a los hombres, sino los hombres que honran los títulos”: Nicolás Maquiavelo, diplomático, filósofo político y escritor italiano, considerado padre de la ciencia política moderna. Autor de El Principe.


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